Hola, mi nombre es Sol. Soy mamá de un hermoso niño de 20 meses de edad, llamado Alfonso.
En la semana 29 de embarazo nos diagnosticaron colestasis intrahepática. El diagnóstico se realizó a las 24 horas de sentir el primer síntoma (picazón incesante e insoportable). Me acuerdo patente el día que comencé con la comezón; era un domingo a la mañana. Durante todo el día me sentí muy mal porque no había nada que calmara esa situación; obviamente la compartí con mi marido y a primera hora del día siguiente hicimos una consulta con nuestro obstetra. De inmediato y manera urgente me indico exámenes biliares, ecodopler y una interconsulta con un gastroenterólogo. A las 5 horas ya teníamos el diagnóstico y comencé a tomar Urso. De apoco, las molestias fueron cesando y mantuvimos la medicación durante el resto del embarazo; dieta, controles fetales semanales y análisis de sangre. Al principio tuve mucho miedo por la salud de mi bebe, pero me fui informando, fui investigando y ese miedo fue desapareciendo porque sabía que estábamos haciendo las cosas bien. La colestasis necesita control estricto y mucha información. Es una enfermedad que puede influir en el bebé, pero, reitero, con el diagnóstico, controles e información todo sale bien. Alfonso nació en la semana 37 por cesárea y hoy somos una feliz familia.